El mayor laboratorio de investigación en física de partículas del mundo contacta con Seven Solutions para aplicar sus avances. La empresa, una ‘spin off’ de la Universidad de Granada, trabaja en un sistema que permite hacer mediciones de altísima precisión
Que la Organización Europea para la Investigación Nuclear ponga la vista sobre tu trabajo quiere decir que estás haciendo las cosas bien. El CERN (como se le conoce comúnmente por sus siglas) es el mayor laboratorio de investigación en física de partículas y responsable de uno de los proyectos que más interés ha despertado en el ámbito científico en los últimos años, el acelerador de partículas. Precisamente, dentro de esa ebullición investigadora se encuentra Seven Solutions, una empresa granadina que ha sido contactada por el propio CERN gracias a sus avances tecnológicos.
Nacida en el seno de la Universidad de Granada, la firma de base tecnológica comenzó siendo un proyecto de un profesor de la institución académica y de seis becarios del Departamento de Arquitectura y Tecnología de Computadores, que avistaron aplicaciones en sector industrial para algunas de las investigaciones que estaban llevando a cabo.
Con un capital inicial de 3.000 euros y un préstamo de la Agencia IDEA, los primeros pasos de la compañía fueron encaminados hacia sectores que no ofrecieron, sin embargo, los mejores resultados, como la electrónica para placas de investigación. Más tarde, probaron suerte con el procesamiento de imágenes en tiempo real para estructuras críticas como centrales nucleares o vías de trenes, pero la crisis ya azotaba con fuerza y no permitía despegar a la firma granadina.
Basándose en la misma tecnología, Seven Solutions enfocó sus esfuerzos hacia la industria para la ciencia y, en concreto, para los reactores de partículas, mediante el proyecto White Rabbit, en colaboración con CERN, que le permitió sumarse a otras tecnologías provenientes de Alemania, Inglaterra o Estados Unidos.
Esta tecnología proporciona un reloj que permite una precisión de sincronización de nanosegundos. «La sincronización en la industria puede ser la clave para mecanismos de control global, por lo que White Rabbit puede ser una solución flexible y altas prestaciones para estos problemas», explica Eduardo Ros, co-fundador de la compañía. Con el fin de manejar la mayoría de las instalaciones industriales y científicas, esta red está diseñada, además, para soportar rangos de distancia de hasta 10 kilómetros a través de cables de fibra óptica (actualmente se están haciendo experimentos con distancias de hasta 700 kilómetros).
Seven Solutions está compuesta por un grupo de ingenieros especializados en el área de tecnología de la información con una larga experiencia. La firma proporciona fuentes completamente abiertas para el diseño de hardware y software, por lo que ofrece la posibilidad a sus clientes de que sean ellos mismos los que fabriquen los productos o reparen los equipos. «Como ingenieros, vamos detrás del trabajo de los científicos, que proponen estructuras para desarrollar sus estudios para los que nosotros debemos diseñar la tecnología necesaria», prosigue Ros.
El fundador de Seven Solutions reconoce que nacieron«prematuros, con tecnología, pero sin un producto claro» y que la inestabilidad del sector público también restó fortaleza a sus planes de crecimiento. De ahí que definieran una estrategia de internacionalización que les ha permitido crecer y hacerse un hueco en el mercado global, que ya supone el 70% de su volumen de negocio.
Hoy trabajan no sólo para el Instituto de Astrofísica de Andalucía, el Centro Nacional de Metrología de diversos países para el control de la distribución horaria, o para el Ciemat, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas. Entre sus clientes, además del CERN, están GSI de Alemania (institución para la investigación de iones pesados), o la multinacional Indra. Seven Solutions facturó el año pasado 600.000 euros y espera alcanzar el millón en 2014.
La compañía, que señala las dificultades de asentarse en un mercado tan global desde Granada «por la falta de tejido industrial», busca consolidarse «en el sector de la tecnología para la ciencia, dando servicios de temporización y sincronización», prosigue Eduardo Ros, que aspira a dar un salto cualitativo importante si consiguen adaptar esta tecnología para aplicaciones industriales en el sector de la distribución de energía.
Perseverancia e ilusión son las claves del éxito, según Ros. «El camino ha sido muy adverso pero la búsqueda de nuevos retos tecnológicos es lo que nos ha inspirado y lo que nos ha hecho crecer», concluye.