Unicaja ha presentado recientemente en el club Antares de Sevilla el informe Análisis Económico Financiero de la Empresa andaluza 2015, elaborado por su empresa de estudios Analistas Económicos de Andalucía, y su presidente Braulio Medel aprovechó su intervención para lanzar varios mensajes esperanzadores sobre el futuro del tejido empresarial andaluz y su evolución económica. El directivo, acompañado del consejero de Economía, Antonio Ramírez, vaticinó que si se cumplen las previsiones de crecimiento que la propia entidad financiera hizo públicas el mes pasado, y que estiman un alza del PIB andaluz del 2,8% en 2016, “se habrán recuperado a final del próximo año los 7,6 puntos de riqueza perdidos en la crisis”. En 2014, la economía andaluza avanzó un 1,4% y, este año, lo hará otro 3,1%.
En efecto, el crecimiento del PIB en 2014, 2015 y el próximo ejercicio permitirán, sobre el papel, recuperar el nivel de riqueza. Tanto Medel, como Ramírez Arellano, coincidieron además en que el potencial de Andalucía permite aspirar a generar un PIB anual de unos 200.000 millon es, frente e los 150.000 millones de hoy. Lo que no concretaron es en qué fecha.
Medel matizó, eso sí, que en término de empleo la recuperación será más lenta. Así, de los 500.000 ocupados perdidos, según cifró, se habrán recuperado la mitad a final de este año y se seguirá creando empleo el próximo año. Aunque, eso sí, los propios Analistas Económicos ya han advertido de que la tasa de paro seguirá en el 30%, diez puntos más que en España.
Empresas en adaptación
En cuanto a número de empresas, “es la variable en la que seguimos por debajo, ya que sólo en 2015 están aumentando en términos interanuales”. En 2009 había 510.072 sociedades en la comunidad, un 8,8% más que a cierre de 2014 (468.750).
Medel defendió que no siempre las empresa mayores son las que mejor se comportan, y puso como ejemplo la exportación, donde las pymes son más dinámicas que las grandes. Y aseguró que ahora “es el mejor momento que recuerdo” para que la empresa pida crédito.
El presidente de Unicaja Banco también rompió una lanza a favor de la «capacidad demostrada de adaptación de las empresas andaluzas a los cambios estructurales» derivados de la crisis. Y basó esta afirmación en cuatro argumento. Primero, que sectorialmente se ha rebalanceado el peso, con una disminución de la construcción y un mayor peso «de otras actividades con mejores perspectivas de futuro», como el comercio o los servicios. Segundo, se ha redistribuido también el origen del negocio de las empresas, con más peso de la exportación. Tercero, la empresa se ha adaptado a las nuevas fórmulas como el outsourcing (subcontratación), el uso de nuevas tecnologías o nuevas estructuras de propiedad.
Y, por último, el tejido productivo andaluz también ha entrado en el nuevo tipo de economía «más sofisticada, menos física», definió Medel, quien puso como ejemplo de esta tendencia a Reino Unido. En este país, desde la década de los ’60, el PIB ha crecido un 60% pero la «base física» de esa riqueza es un 20% menor.