El municipio ha sido escogido para probar herramientas de comunicación todavía no comercializadas | El Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE UU) sostiene que el modelo de gobierno participativo de la localidad es trasladable a ciudades como San Francisco, Chicago, Boston o Nueva York
Jun es un pueblo de poco más de 3.500 habitantes y por encima de él hay en la provincia más de 45 localidades con más población. Es uno de los municipios del Área Metropolitana de Granada con menos ciudadanos y, sin embargo, es el escogido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de EE UU, para probar la tecnología del mañana, herramientas de comunicación que todavía no han sido comercializadas y cambiarán la forma de entender el mundo en diez o veinte años.
Deb Roy, director del laboratorio de máquinas sociales del MIT, estuvo hace unos meses en Jun con William Powers, periodista e integrante del centro de estudios, y Martin Saveski, estudiante de posgrado en el MIT. Vinieron para «aprender», según confesaron ellos mismos. Querían hablar con la gente del pueblo para conocer sus inquietudes, su forma de comportarse ante los problemas y las herramientas de comunicación social –móviles, tabletas, ordenadores…– que habitualmente utilizan los juneros para ponerse en contacto con su entorno más cercano.
El resultado de estas conversaciones determinó que Jun cuenta con la capacidad y la ciudadanía idónea para convertirse en el conejillo de indias de la tecnología del mañana. El laboratorio de máquinas sociales del MIT entiende que el modelo de gobierno participativo de Jun es trasladable a ciudades como San Francisco, Chicago, Boston o Nueva York. En esta última ciudad, por ejemplo, la Policía ha seguido el ejemplo de Jun y ha creado cuentas de Twitter por distritos.
Por ello, quieren testar en la localidad granadina la más alta tecnología de la comunicación para determinar los patrones de comportamiento que se desarrollarían y estudiar si es posible aplicarlo en grandes ciudades. La respuesta que se han encontrado por parte de los vecinos de Jun ha sido positiva. «La gente estaba con muchas ganas de hablar con nosotros, muy receptiva con el proyecto que queremos implementar», explica Martin Saveski.
Estos expertos piensan que es ejemplar la forma en la que la población de Jun se involucra con las cuestiones del pueblo. «Aquí hay cientos de personas que encuentran una forma óptima de que el ciudadano se involucre y responda a las llamadas de su municipio», explica Deb Roy. «Si apostamos por ello… ¿Esto podría aplicarse en una escala más grande? Eso es lo que queremos estudiar», analiza.
El MIT tiene decidida la construcción de nuevas herramientas de comunicación y ahora desea determinar en qué dirección dirigen los esfuerzos. Asumen que Internet, la tecnología y en particular las redes sociales son un «campo abierto». Para ello quieren contar con Jun y destinarán parte de los diez millones de dólares con los que cuenta el proyecto a mejorar las infraestructuras tecnológicas del pueblo.
Por este motivo aseguran que hay que tener la «mente abierta» para la creación de otro tipo de herramientas, pero también recalcan que hay que saber para qué sirve la nueva tecnología. «De Twitter sabemos que es público e inmediato», exponen como ejemplo. Ahora tratan de dar con algo que permita que el gobierno de las ciudades sea mejor.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts no es el único organismo que se ha puesto en contacto con Jun para realizar experimentos mediáticos. La empresa sevillana Rotacode implantó hace unos años en el municipio un sistema de códigos QR (respuesta rápida), que permite conocer a través del móvil en qué lugar del pueblo se encuentran determinados emplazamientos o saber más de ellos. «Vinimos a Jun porque es un pueblo referente en la administración electrónica y en la dinamización de la ciudadanía», señala uno de los responsables de la empresa, Martín Tach. El análisis de los resultados refleja que en Jun la información se extiende con rapidez y que los ciudadanos tienen un contacto fluido con el Ayuntamiento. «Se van a implantar los códigos QR en más áreas viendo los resultados de cómo esto ha transformando la vida ciudadana». Rotacode participó durante el encuentro con los investigadores norteamericanos, que vieron en esta medida una muestra más del gobierno participativo de Jun.
La empresa Aguasvira también compartió tertulia con los profesores del MIT, interesados en el «desarrollo» de la localidad de Jun. Esta sociedad se encuentra creando una aplicación móvil para tener un contacto directo con los clientes y considera que este pueblo es el idóneo para probar su funcionamiento y determinar su utilidad en otras ciudades. Con esta app móvil se podrá conocer el consumo y gasto de agua en tiempo real, así como informar de incidencias que sucedieran en el suministro o en las instalaciones.
El alcalde de Jun considera que el acuerdo con el MIT para probar tecnología punta, así como los otros proyectos que Rotacode o Aguasvira van a desarrollar en el pueblo, permiten considerar al municipio como un «pequeño Silicon Valley» en Granada. «Se han fijado en Jun como un motor de futuro. Ellos ganan y nosotros también. Los ojos del mundo se van a centrar en este pueblo durante varios meses», analiza José Antonio Rodríguez, quien si repite como alcalde del municipio hará públicos los mensajes directos que reciba desde junio, como parte de esta iniciativa.